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Héctor Alejandro Cifuentes Riquelme, conocido desde su infancia por el apodo de TANO, nació el 22 de octubre de 1961 en la ciudad de Villarrica, al sur de Chile. Desde pequeño sintió una profunda sensibilidad hacia las palabras, aunque durante muchos años creyó que todos experimentaban el mundo con la misma intensidad emocional. Con el tiempo comprendió que no era así, y que su manera de percibir y transmitir lo vivido —a través de la escritura más que del habla— era una forma singular de habitar el lenguaje y la memoria.

Creció entre campos, rodeado de naturaleza, bajo la guía de padres trabajadores y humildes. Su madre, sin saberlo, fue la primera en sembrar en él la semilla de la poesía: por las noches, en inviernos fríos, les recitaba versos a él y a sus hermanas. Esos momentos, más íntimos que cualquier lección escolar, marcaron el inicio de un vínculo profundo y silencioso con las letras.

Aunque ganó algunos concursos de poesía durante su etapa escolar, la vida lo llevó a elegir una senda distinta: la de los números. Se tituló como contador público auditor y ha ejercido esa profesión con responsabilidad y pasión.

Desde hace cuatro décadas, vive en Rapa Nui, la isla del misterio y la piedra, donde el océano, la cultura ancestral y el tiempo parecen hablar un lenguaje propio. Es en ese entorno —rodeado de historia, belleza y soledad fecunda— donde TANO ha retomado la escritura con renovado ímpetu, guiado por la necesidad de compartir lo que durante años permaneció en silencio.

A sus 64 años, escribe su primer libro de poemas, Del otro lado del silencio. Un acto de amor y gratitud: un homenaje a su madre y a todo lo que ella le enseñó sin necesidad de pronunciar grandes discursos, sólo con la cadencia firme y delicada de los versos.

¿Cómo quieres que te nombre? ¿Que te diga sólo playa o sólo te diga arena?
Me pregunto… tal vez quieras escuchar “Hanga Rau”, el ancestral, o simplemente Anakena.

Héctor Cifuentes Riquelme

        

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Queridos lectores y amigos,

Desde la presidencia de este grupo editorial me honra subrayar algo que constituye nuestro mayor orgullo: la profesionalidad de nuestros autores. No hablamos solo de talento —que lo tienen y de sobra—, sino de la seriedad con la que afrontan cada proyecto, de la disciplina con la que dan forma a sus ideas y de la honestidad con que se relacionan con sus lectores. Su compromiso con la calidad literaria y con el rigor intelectual es lo que distingue cada libro que llevamos a las librerías.

Muchos se preguntan por qué escritores de trayectorias tan diversas eligen confiar en nosotros. La respuesta es sencilla: porque aquí encuentran un espacio donde su obra es tratada con el respeto que merece. Les ofrecemos una edición cuidada hasta el último detalle, un acompañamiento cercano durante todo el proceso y, sobre todo, la certeza de que cada manuscrito es leído y trabajado con la atención que requiere. Nuestro equipo editorial no impone, sino que dialoga, y ese diálogo, siempre franco y profesional, enriquece las páginas que finalmente llegan al lector.

Elegir este grupo editorial significa apostar por una casa que entiende el libro no como un producto, sino como un legado cultural. Por eso nuestros autores saben que aquí su voz no se diluye, sino que se amplifica. Esa confianza mutua es la base de un camino compartido que convierte cada publicación en un motivo de celebración, tanto para quienes escriben como para quienes leen.

Toni Benavente